miércoles, 3 de octubre de 2012

De putas baratas...

Otro asunto complejo que algunos quisieran hacernos ver en blanco y negro...

El título de la entrada causará ya rechazo a algunos nada más empezar. Pocos insultos van más directos a la emoción, a una reacción visceral inmediata, a la propia dignidad en definitiva.

He decidido titularlo asi porque mi único problema con la prostitución son las putas "baratas". Y me explico, antes de que caigan los tomates. Aparte de invitar a quien no lo haya leído a leer en el archivo del blog la entrada "presentando mis respetos", para que quede clara mi postura.

Incluso en el mundo liberal, y desde luego, en el mundo, la prostitución es un tabú para el que la respuesta más habitual es mirar a otro lado, expresar cierto desagrado si nos enfrentamos a ella directamente, y una cierta indignación herida cuando se habla de ella. Obviando el hecho de que casi todos seguimos ese discurso en público, y sin embargo la prostitución es según datos de la OMS una gran "industria" mundial, comparable sólo en volumen a la alimentación, los hidrocarburos, las armas o la industria textil, y muy por encima, por ejemplo, de los vehículos de motor.

Dejando a un lado los datos, la realidad urbana de la prostitución no escapa a nadie. En nuestro medio, esta realidad está formada en una gran mayoría por mujeres del este de Europa o de America del Sur, traídas a España por mafias de manera más o menos violenta según los casos, y mantenidas aquí sin las medidas de salud adecuadas, en locales más bien sórdidos, deplorables condiciones laborales (y me enfrentaré a cualquiera que diga que no "trabajan") y relaciones con sus chulos que se asemejan mucho a la esclavitud sexual y la extorsión.

A esto me refiero con "putas baratas", y con ésta situación es con la que creo que todos debemos tener un problema. Lo que también debemos saber, es que somos la causa misma del problema en gran parte, y que, desde luego, somos quienes tenemos en nuestra mano la solución.

La solución, como muy a menudo se me antoja que ocurre, es la libertad. La libertad de estas mujeres para ejercerla, la libertad social para promocionarla, regularla y normalizarla. Siendo los hombres los usuarios mayoritarios en una proporción que seguramente supere el 90%, no somos los únicos culpables del estado infame a que lleva la ilegalidad de estas mujeres.

http://www.prostitutionreform.co.uk/

Y para quién quiera escuchar los argumentos contrarios, que desde luego los hay: (Aunque yo esté en desacuerdo con el fondo ideológico de ésta página, con el debate y la conciencia pública del problema estoy siempre de acuerdo)

http://www.prostitutionresearch.com/

Digo que no somos los únicos culpables porque la visión supuestamente "feminista" y "en favor de la mujer" de que esta es una profesión siempre denigrante, indigna, inasumible, lo único que hace es perpetuar el estereotipo, aumentar la marginalidad de éstas mujeres, y robarles su derecho a organizarse y decidir.

Son evidentes los paralelismos con la lucha contra la droga, y los efectos devastadores que ambas prohibiciones producen. 

Hay en el mundo tres grandes nichos para el crimen organizado que son los que le dan verdaderos medios, cantidades absurdas de dinero, y con ellas, poder. Lo vemos cada día, y está al alcance de cualquiera que lo piense fríamente. Son el tráfico de drogas, el tráfico de armas, y el tráfico de sexo.

En cualquier ámbito en que uno de estos "negocios" queda en manos de las mafias, se producen similares consecuencias: violencia, abusos, opacidad, clandestinidad, e innumerables víctimas silenciosas que se van quedando por el camino.

En ocasiones, cuando faltan los elementos básicos de seguridad y legitimidad, estas mafias y otras similares se dedican con las mismas prácticas al tráfico de alimentos, agua o medicinas, y hacen de ello su Agosto en guerras y países desgobernados, donde ni esto está asegurado.

Yo (y desde luego afortunadamente mucha gente) defiendo que lo más indeseable de estos problemas es precisamente la Mafia que los rodea y no su propia realidad, y que la legalización es la única solución real, deseable y coherente, siendo las armas la excepción por sus propia naturaleza.

En cualquier caso, la gente desea sexo, y desea drogas recreativas, pero afortunadamente muy poca gente desea armas. Su mercado sería aún menor si no se adquirieran tanto precisamente para "defender" una posición en el mercado de las drogas o el de las prostitutas, y su prohibición y control serían aún más efectivas. El mercado negro de armas, al menos aquí y ahora, es mucho más consecuencia que causa de la existencia de los otros dos y la violencia que generan.

[Editado] Aclarando este punto sobre las armas, que un visitante comenta más abajo, lo cual agradezco, a lo que me refiero es exclusivamente a que son tres mercados que se crean a partir de la propia prohibición. Sin embargo las diferencias son evidentes; en primer lugar porque la prohibición de las drogas y de la prostitución pretende en principio proteger a los adictos y a las prostitutas, y sin embargo consigue el perverso efecto de producirles un perjuicio mucho mayor al empujarles a la marginalidad y al echarles en brazos de los oscuros personajes que pasan a manejar estos mercados. Prohibir las armas es una protección a la sociedad en su conjunto, y no para quien quiere adquirir el arma, si no para quien pueda toparse con él.

Además, legalizadas las armas, no desaparece el mercado negro, puesto que se regulan, se registran, y los que van a usarlas con fines ilegales intentan comprarlas clandestinamente. Más difícil es imaginar que un adicto acuda a un callejón a por droga cara y de de baja calidad pudiendo ir a una farmacia, o que alguien prefiera tratar con un proxeneta búlgaro que con la señorita de recepción de una casa de placer... [Editado]

Pensemos en ese escenario alternativo y en sus consecuencias reales. Y pongámonos a nosotros mismos como ejemplo: la pequeña delincuencia, que es en realidad la mayoría de la delincuencia, está casi siempre relacionada con la droga o la prostitución. 

Muchos robos menores, robos incluso con violencia, tirones, asaltos con arma blanca, son cometidos por un infeliz que quiere pagarse la próxima dosis, por la que va a pagar un precio desorbitado gracias a nosotros y a nuestras prohibiciones.

Muchas agresiones a estas prostitutas, la inmensa mayoría, las que las mandan al hospital y las que las hacen vivir en terror y en condiciones indignas, sin libertad y sin autoestima, las cometen los proxenetas y matones que manejan sus vidas y su negocio, de los que tan eficazmente defendemos con nuestra hipócrita moral y nuestros muy efectivos esfuerzos policiales, que prácticamente han conseguido erradicar tanto las drogas, como a las prostitutas... (Ironía ON).

Un mercado regulado para las drogas daría como resultado:

- Dosis controladas de sustancias puras, envasadas, conocidas, con un prospecto médico y un perfecto conocimiento de sus efectos y su farmacodinamia.

- Precios INFINITAMENTE más bajos de mercado para las drogas recreativas más comunes, que no inducirían a cometer delitos para poder pagarlas.

- Ingresos en forma de impuestos al Estado (que nadie se rasgue las vestiduras, puesto que el estado ingresa enormes cantidades por el tabaco y el alcohol) que servirían para compensar con creces los gastos médicos ocasionados por el abuso o mal uso de estas sustancias. Mucho mejor un pico para hacienda que un submarino para un cártel colombiano.

- DESAPARICIÓN de las mafias que controlan este mercado. De sus ajustes de cuentas, de sus millones de euros, de sus crímenes y su capacidad para financiarse y cometer otras tropelías. Nadie irá a comprar una mala raya de cocaína adulterada a un callejón si la tiene pura a mitad de precio en la farmacia de la esquina, igual que no tenemos camiones de milicias armadas vendiéndonos patatas a precio de oro en la plaza mayor, gracias a que hay un Mercadona en cada barrio.

La ilegalización del alcohol en los Estados Unidos, la famosa Ley Seca, dio lugar a la edad de oro del crimen organizado y los gángsters (aunque... damos gracias por El Padrino) y nuestra tozudez en este asunto no hace más que perpetuar similares problemas.

Un mercado regulado, por fin, para las prostitutas, tendría efectos muy similares. "Importar" mujeres con amenazas y extorsiones es caro, y deja de ser rentable si hay mujeres que emigran a nuestro país con seguridad social y contrato de trabajo. Conseguir clientes en un polígono industrial es complicado si pueden por el mismo precio acudir a un centro digno y con las garantías sanitarias adecuadas.

Los únicos argumentos en contra de la legalización de estas dos actividades, son o bien falaces, o bien basados en presunciones no probadas, o bien simplemente religiosos y morales.

Se nos puede decir que ninguna mujer querrá libremente enviar su CV a uno de estos centros y empezar a trabajar en él con su sueldo, sus complementos, sus objetivos o sus vacaciones... Bien, si esto es así, qué problema hay en que se permita? Puesto que nadie lo hará, nada ocurre! Y si resulta que alguien lo hace libremente.. de nuevo, qué problema hay?

Se nos puede decir que vender sexo es indigno e inmoral y que atenta contra la autoestima de quien lo ejerce. A mi se me antoja que esto es sólo un constructo cultural heredado, y que podemos cambiar. Estamos acostumbrados a que modelos y estrellas del porno nos vendan sexo sin escándalos, y esto sería un paso más. Estamos acostumbrados a que masajistas nos vendan un contacto placentero, y esto no sería muy distinto. Estamos acostumbrados a acciones que parecerían "intrínsecamente" indignas, glorificadas en el nombre de una profesión (os lo dice alguien que, siento la imagen, ha tenido que extraer manualmente un fecaloma de una anciana.. con estos deditos... y no me siento nada indigno por ello!).

Se nos pueden poner mil excusas, pero las cuentas no salen y la moral o de manera más oscura los intereses del status quo son los únicos obstáculos verdaderos a este cambio de mentalidad. El ejemplo es clásico, pero no por ello menos cierto, y países tan bárbaros y mal conducidos, llenos de insolidaridad y problemas sociales graves como Holanda ya nos marcan el camino.

Sólo nos falta atrevernos a seguirlo, y decir de una vez NO a las putas baratas. Que cobren lo que cuestan, que cobren lo que quieran, y que ejerzan reguladamente cuánto y como les plazca.




PS.- Una cosa más creo que debe quedar clara, relacionada, pero no central a la cuestión que aquí defiendo; es muy posible que la mayor parte de nosotros deseemos un mundo sin prostitución o sin drogas perniciosas y adictivas. Que prefiriésemos tener el perfecto "soma" para nuestra diversión y ninguna razón para evadirnos. Que todo el mundo encuentre afecto, sexo y compañía en la medida que necesite, con gente que desea dárselos.

Siendo esto cierto, no lo es menos que preferiríamos un mundo sin crimen pero tenemos cárceles, y desearíamos un mundo sin guerras pero formamos ejércitos. Negar a las prostitutas la protección y la regulación del Estado por estar en contra de que una mujer se prostituya es como ponerse en contra de los comedores sociales por estar en contra del hambre: es en el mejor de los casos negar un derecho legítimo a quien debería disfrutarlo, y en el peor castigar doblemente a la verdadera víctima.

La realidad es tozuda y aunque quizá el individuo tenga derecho a luchar por el ideal, la sociedad tiene la obligación de ofrecer garantías de mínimos. Démonoslas de una vez por todas y acabemos con tanta hipocresía.

8 comentarios:

  1. Absolutamente de acuerdo en lo referente a prostitución y drogas, sin duda son lacras sociales que mejorarían y tal vez no lo fueran sí estuvieran reguladas legalmente. Sobre sí son las únicas y si las armas están en el mismo nivel, no estoy tan de acuerdo.
    Me encanta el blog, gracias por tu tiempo

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    1. Desde luego no "al mismo nivel". El único paralelismo que hago es que son los tres mercados que enriquecen "a lo grande" a los delincuentes, y que son mercados creados a partir de la ilegalización.

      Voy a introducir una pequeña aclaración editando el post en este punto.. Un saludo!

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  2. Muy bien traído el tema y muy acertado el paralelismo con el negocio de la droga. Hay un único problema, ante un gobierno asquerosamente puritano y de doble moral y, no nos olvidemos, una sociedad que los ha votado y que piensa más o menos igual; sería un severo correctivo ver cómo ambos negocios supondrían una cifra más que reseñable en el PIB al cabo del año. Y esa cifra sería debida a que el consumo de drogas y sexo que esas "gentes de bien" que van a misa los domingos, se vería reflejado de forma transparente.

    Miremos a Eurovegas, un ejemplo de doble moralidad absoluta donde los perdedores van a ser los de siempre.

    Un saludo
    Man

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    1. Un saludo Man... Sería interesante la foto de Esperanza en Eurovegas, desde luego.. sin embargo ha pegado el último pelotazo y se ha retirado.. Yo no soy tan mal pensado como para imaginar que ha estado aguantando la despedida hasta asegurarle un favor a un millonario mafiosillo y con fama de hacer negocios a golpe de soborno y enchufismo pero a alguien seguro que se le ha ocurrido.. XD

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  3. En líneas generales, muy de acuerdo con tus reflexiones. Saludos.

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    1. Un saludo Ananda.. gracias por dejar tu comentario.

      Estar de acuerdo en líneas generales es la mayor aspiración que podemos tener, creo yo... Cuanto más intenta uno entrar en detalles más se complica todo.. es la naturaleza humana! XD

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  4. A ver, estoy completamente a favor de la legalizaciòn de la prostituciòn. Es absurdo desde el punto de vista de la lògica que impida comerciar con lo unico que es realmente nuestro. Nuestro cuerpo.
    Curiosamente salir a la calle y cobrar 300 euros por un polvo es ilegal e inmoral, pero salir a cenar, que te regalen un anillo o que te compren un vestido a cambio - indirectamente - de un posible polvo està bien visto... curioso cuando menos.
    Respecto a la reflexiòn primera que haces y la separaciòn entre putas digamos, callejeras u obligadas a prostituirse... evidentemente eso debe de estar prohibido, pero al igual que està prohibido y penado cualquier tipo de abuso laboral.
    Las prostitutas no son ni mucho menos las unicas que pueden estar explotadas laboralmente, y si hoy en dìa lo estàn mas que otros sectores es precisamente por la indenfensiòn legal en que se encuentran.
    a las feminzais les dirìa que se metan en sus asuntos y dejen que mujeres y hombres follen con quien quieran.. y al precio que quieran.
    Respecto a lo demàs, es evidente.
    Regularizaciçon de la prostituciòn, que coticen por su trabajo, ya sea en el RG o por autonomos, como quieran. Que tengan derecho a SS, sindicatos, y por supuesto que pague sus impuestos como todo hijo de vecino.


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  5. Esa es la gran distinción, como siempre.. la libertad. Prostituirse es también decidir. Tener un proxeneta que te obliga para su beneficio o para pagar una deuda real o imaginaria, es criminal a muchos niveles. Estoy contigo en todo lo que dices, la explotación ni se limita al sexo ni desde luego hay razón para que sea tan brutal en el sexo más que la propia marginalidad a la que están condenadas por la alegalidad de lo que hacen.
    Esta semana se ha publicado un artículo muy interesante en Mexico sobre el fracaso de los programas antidroga que reducen la oferta, y la necesidad de legalizar y concentrarse en la educación para modular y regular la demanda.. Lo mismo exactamente debería suceder aquí...

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