domingo, 12 de abril de 2015

Amsterdam City Chronicles, By Kitsune…

¿Entramos al castillo?


Amsterdam City Chronicles, By Kitsune…

Llevamos un largo tiempo alejados del blog, pero no por falta de ajetreo, si no más bien al contrario! No obstante.. No era la intención. Queremos que siga vivo, aunque haya que beberlo a sorbos chiquititos!

Pero al menos os vamos a compensar con una de nuestras aventuras más recientes, y la más excitante que hemos vivido hasta la fecha..  Dejadme que os cuente mi última escapada con 4th!

Esta vez el escenario fue Ámsterdam, centro neurálgico del morbo, del deseo, el  sexo y el paraíso Swinger por excelencia.

La idea fue de unos buenos amigos de batalla, a los que llamaremos “SH”, que nos propusieron un viaje conjunto con un grupo de amigos. Finalmente sólo quedamos los cuatro, y allá que nos fuimos a conquistar Holanda!

En Marzo estábamos aterrizando los cuatro en la mismísima Ámsterdam, emocionados y con ganas de pasarlo muy muy bien.

La ciudad es maravillosa, sus calles, la diversidad de la gente, sus locales, esos maravillosos coffee shops… ¡que buenos recuerdos y que días de risas y placer!…

Todo el mundo lo sabe: primer día en la ciudad y  visita obligada al Barrio Rojo, increíble, todo lo que podamos contaros de ese lugar sabría a poco. Una parejita con la que nos pusimos en contacto allí, se ofreció a enseñarnos el barrio con ese inimitable toque local y llevarnos de coffee shop. Sus calles estrechas, iluminadas con sus característicos farolillos rojos, los escaparates con gran variedad de chicas mostrando sus cuerpos con lencería maravillosa. Calles llenas de placer y lujuria, donde podías dejar escapar tu imaginación…

Por las noches llegábamos destrozados a la habitación del hotel, de tanto andar por todos lados y visitando la ciudad.

Todos estábamos emocionadísimos por lo que nos esperaba la noche del sábado nos habían invitado una pareja de SDC a una exclusiva fiesta a la que sólo se puede acudir por invitación de los organizadores. Se trata de fiestas muy conocidas en el ambiente Swinger en toda Europa, ya que solo se celebran 3 al año y en las que la lista de invitados es selecta y muy cuidada. Esta en cuestión se celebraba en un maravilloso castillo a las afueras de Ámsterdam. La etiqueta de la fiesta era, hombres vestidos de smoking y las mujeres con su mejor lencería. (Dress to Impress!!)

Al llegar no nos podíamos creer donde estábamos, al más puro estilo Eyes wide shut, el castillo era impresionantemente grande, en la entrada un foso iluminado con luces, que al cruzar te recibían con una grata sonrisa y una lista de invitados.

Al decir nuestros nombres ya supieron quiénes éramos, los españoles, quizá un toque exótico en un grupo de gente que aunque grande se reúne periódicamente en estos eventos… fueron encantadores con nosotros, nos recogieron los abrigos y nos dirigieron al interior del castillo. Por dentro aún era más impresionante, no podíamos creérnoslo.

Nos indican que la “etiqueta” para las mujeres es ya de entrada picante, y pasamos a un cuarto donde poder cambiarnos en la antesala del salón de baile, para quitarnos los vestidos que llevábamos y quedarnos en lencería nada más llegar.

Nos metimos en una habitación donde todas estaban cambiándose. Nosotras seguimos el protocolo de la fiesta, así que nos quitamos todo lo que llevábamos y nos quedamos en lencería, medias y taconazos.

Pasamos a la habitación de la fiesta, todo era lujo y glamour, la gente impresionante, parecían sacados de un catálogo de modelos.

Ellos altos, guapos, fuertes ¡mi amiga y yo no sabíamos dónde mirar! Y yo aún peor, puesto que todos sabéis ya mi debilidad por las mujeres… ellas impresionantes, guapísimas, arregladísimas, lencería carísima y de lujo. Todo cuidado al más mínimo detalle.

Había un Dj poniendo música sin parar, todo el mundo saludándose, conociéndose, bailando y mostrando sus mejores galas.

La fiesta conforme iba transcurriendo la noche se iba poniendo cada vez más caliente, el alcohol y las feromonas en el ambiente iban surgiendo efecto.

Mi chico y yo fuimos a dar una vueltecita por la fiesta a ver que veíamos y si nos animábamos un poco.

Entramos en la sala de juegos, silenciosa, solo se oían las respiraciones entrecortadas y los jadeos de lujuria.

La habitación como todas las estancias, era enorme, llena de diferentes alfombras en el suelo, una gran cama central con dosel y cortinas translúcidas de color blanco. A los lados distintas variedades de  divanes de color blanco, todo muy pulcro y cuidado, detalles como biombos separaban un ambiente de otro. Velas por todos lados, luz muy tenue en la habitación, decoración rococó-clásica. Y por si no quedaba claro por la atmósfera, cuencos enormes en las esquinas llenos de preservativos...
4th y yo nos pusimos en uno de los divanes a jugar un poco entre nosotros para entrar en sintonía con el ambiente. La imagen de los cuerpos bañados con las luces tenues de la habitación, el olor mezclado a perfume y sexo, todo era tan excitante.

Entró un chico alto mulato que no paraba toda la noche de mirarme y acercarse a mí, yo me sentía muy atraída por él. Se acercó a mi mientras se la lamia a 4th, se agacho y me dio un pequeño azote en el culete.

Al rato apareció con una chica rubia y nos pusimos a su lado, nosotras comenzamos a besarnos, acariciarnos suavemente, jugando con nuestras manos y nuestros labios. Me acerque al chico mulato que llevaba toda la noche coqueteando y comenzamos a besarnos. Empezamos a calentarnos más y más. 

Me puso de pie y me cogió de la mano, me llevó a otra estancia al fondo de esa misma habitación, era más recogida, más íntima, solo estábamos él y yo, solos. Seguimos besándonos, acariciándonos, desnudándonos. Yo me arrodillé para poder introducirme su enorme polla en la boca y poder saborearla. En un momento de explosión me agarró fuerte de la cintura y me puso contra el banco donde estaba sentado, me colocó a 4 patas, se puso un preservativo y me la clavó fuerte hasta dentro. Su embestida sacó un grito profundo de mi garganta. Agarrándome fuerte de la cintura y azotándome en el culo como a mí me gustaba seguía follándome bien duro, sus ataques cada vez eran más duros hasta tal punto que llegó a desmontarme el collar que llevaba, cayendo al suelo en varios pedazos.
4th entró en la habitación con la otra chica, los cuatro allí juntos compartiendo gritos y gemidos, caricias y miradas de complicidad. Acabamos corriéndonos, pero el juego no terminó, nos fuimos juntos a la cama central de la habitación principal.

Había varias parejas en la cama desnudas, practicando sexo en distintas posiciones. Nosotros cuatro nos unimos y nos tumbamos a un lado de la cama. Todos nos fundíamos con todos, caricias de diferentes manos, besos, cuerpos. Todo era puro placer, sensaciones, la situación y el morbo de ese momento consiguió que nos dejáramos llevar todos con todos.

Al terminar ahí, nos levantamos para ir un rato a la pista de baile y pedirnos algo para beber y refrescarnos un poco. 4th me dejó allí bailando mientras él pedía, pero cuando volvió ya me encontraba sentada al lado de una chica negra guapísima, con un cuerpo esculpido a base de esfuerzo y una genética privilegiada. Resulta que la chica era muy muy bisexual.. lo que me faltaba!. Sus besos eran un gustazo, sus labios carnosos hacían que no quisieras que para de besarte. Sus caricias fuertes, dominantes, hacían que cayera totalmente sumisa a todo lo que ella quisiera. Se me sentó a horcajadas y agarrándome con violencia de la cara comenzó a besarme muy muy posesiva, mordiéndome los labios y tirándome del pelo hacia atrás, haciendo que mi cabeza quedará inmovilizada a su merced. 4th nos miraba deseoso, lujurioso, le encantaba la situación que estaba ocurriendo delante de sus ojos. Pero ella no le dejaba participar y tenía ojos solamente para mí.

Después de un rato se levantó para buscar a su marido y 4th me cogió de la mano y nos volvimos a ir a la habitación de juegos.

Comenzamos los dos en un diván en el lateral, cuando llegó una pareja y se puso a nuestro lado a jugar. Ella se dejaba tocar por todos los que estaban a su lado, así que mi chico comenzó a acariciarla. Todo cambió de situación y cuando me quise dar cuenta, 4th estaba arrodillado encima de la cabeza de ella follándole la boca y yo follándome a su marido.

Cada pareja, cada momento, las miradas, las caricias, el deseo, la complicidad, los murmullos y jadeos que se respiraban en esa habitación hacia que todo fuera muy especial guardando ese misterio, ese morbo hacia lo prohibido, hacia lo escondido, a lo que nunca podrías contar abiertamente fuera de esas puertas.

Como guinda final para terminar la noche, quisimos intimar entre los dos un poco, sentirnos el uno al otro, poder besarnos y sentir nuestras caricias, pero al lado se nos sentó una pareja demasiado apetitosa como para dejarla escapar.

Ella, rubia de ojos claros, diseñadora de lencería, preciosa, parecía sacada por catálogo. Su marido alto, rubio también de ojos claros, fuerte con todos los músculos de su cuerpo marcados, no se podía pedir más, ya estábamos listos para entrar en el cielo y sí que entramos, pero por la puerta grande.

El vernos disfrutar con unos y otros, vernos en cada situación transcurrida en la noche, como todo iba sucediendo sin más y una cosa nos iba llevando a otra, hacía que nuestro deseo y las ganas de disfrutar no terminaran nunca. Pero desgraciadamente todo lo bueno tiene que terminar y la fiesta llegó a su fin. Eso sí, podemos decir que le sacamos todo el jugo que pudimos, sin desperdiciar ni un solo instante.

De vuelta ya en la habitación y tumbados en la cama sin fuerzas ni para poder hablar, nos quedamos dormidos.

En mitad del sueño siento las caricias de 4th agarrando fuertemente mis pechos y como su entrepierna va buscando mi húmedo y caliente coñito. Me pone boca abajo con la cara apretada contra la almohada y su mano fuerte agarrando mi cuello, él sabe que esa postura hace que me vuelva loca hasta no poder más. Me folla muy fuerte, clavándome su polla grande y dura como una roca hasta el fondo, sus embestidas hace que grite de dolor y de placer, pero mis gritos no pueden salir libremente de mi boca porque me tiene la cara hundida contra la almohada. Me tiene totalmente inmovilizada, a su entera disposición para hacer conmigo lo que él quiera y poderme usar a su antojo. 

Su erección y su forma de penetrarme cada vez más profunda y rápida hacen que ya no pueda controlarme más y acabemos corriéndonos juntos en un intenso orgasmo.

Suena el despertador, es la hora de levantarnos para irnos, tenemos que recoger todo para dejar el hotel y volver a España, pero mi insaciable deseo hace que me despierte húmeda y con ganas de más. Me giro hacia la derecha buscando a mi chico, besándole en el cuello, acariciándole la espalda y buscando con mi mano su polla. Aún medio dormido ya la tiene dura. Me sumerjo bajo las sábanas y me dispongo a darle los buenos días como a él más le gusta. Y así poder despedirnos de nuestra habitación y nuestro viaje diciendo a aquella ciudad del placer y la lujuria un ¡¡Hasta luego Ámsterdam!!

Yo creo que volveremos… ¿vosotros qué haríais en mi lugar?